¿En dónde podemos encontrar la verdadera felicidad? En el mundo moderno estamos rodeados de niveles de bienestar material y comodidad sin precedentes. Sin embargo, este exterior tan sofisticado frecuentemente enmascara sentimientos de insatisfacción, ansiedad y depresión.
Irónicamente pareciera que entre más “progreso” hay en el mundo que nos rodea, menos felicidad hay en nuestras vidas.
La meditación nos muestra que la verdadera felicidad se encuentra en nuestro interior. Los sentimientos de satisfacción y plenitud que buscamos fuera de nosotros mismos son en realidad parte de nuestra naturaleza básica. Desgraciadamente nos hemos habituado tanto en buscar la felicidad en el exterior que muchas veces no sabemos cómo descubrir nuestro “bienestar interior”.
A pesar de que tenemos el potencial de encontrar una felicidad profunda y verdadera que no depende de las circunstancias externas, el simplemente escuchar que ya tenemos todo lo que necesitamos para ser felices no es suficiente.
Necesitamos métodos prácticos para descubrir nuestra verdadera naturaleza, prácticas que nos permitan movernos más allá de nuestros condicionamientos culturales que constantemente nos dicen que estamos incompletos.
La práctica de la meditación nos despierta a la alegría del momento presente. Al cultivar la atención y la conciencia, incluso las situaciones más desafiantes como el dolor crónico, los patrones de pensamientos destructivos y las emociones difíciles pueden ser transformadas en fuentes de paz interior y alegría.
Esta transformación interior no requiere que nos retiremos del mundo. Por el contrario, la vida diaria está llena de oportunidades ilimitadas para usar la práctica de la conciencia plena y encontrar lo valioso de cada momento. La meditación no significa apartarnos del mundo, sino abrir nuestros corazones y mentes a la belleza de lo que ya tenemos.
Por siglos diferentes formas de meditación han sido enseñadas y practicadas en casi todas las religiones del mundo. Aunque existen diferencias sustanciales entre las técnicas pertenecientes a cada tradición, todas comparten la creencia de que la felicidad verdadera no puede encontrarse en las condiciones cambiantes del mundo exterior, sino volteando a nuestro interior y explorando el corazón y la mente.
En años recientes, la meditación ha recibido mucha atención por parte de la comunidad científica. Investigadores de las universidades como Harvard, Wisconsin y el Instituto de Tecnología de Massachusetts, entre otras instituciones, han explorado los efectos de la meditación en diferentes aspectos de la vida desde cómo influye en la hipertensión, hasta los estados cumbre de conciencia.
Sus investigaciones han demostrado, no sólo los efectos profundos que la meditación puede tener en los cerebros de meditadores avanzados, sino que el practicar meditación por unos cuantos minutos al día puede crear un dramático incremento en las partes del cerebro asociadas a la felicidad y el bienestar.
La meditación también activa el sistema inmunológico, incrementa la capacidad del cerebro para concentrarse en periodos más largos de tiempo y es un tratamiento efectivo contra diversos trastornos psicológicos.